Emerge a la superficie para alimentarse. La burbuja con la que se rodea le sirve para respirar y proteger su delicada cabeza.

Si se topa con una presa o un enemigo, le lanza un chorro de agua desde la burbuja con la que se protege la cabeza.

Si se encuentran dos ejemplares de la especie, comparan el tamaño de sus burbujas. El perdedor ha de ceder el paso.

Solo puede respirar el oxígeno presente en el agua, por lo que utiliza una burbuja para respirar en tierra firme.