Contemplar el océano le permite relajarse y desconectar. Si el veneno de Shellder circula por sus venas, alcanza el culmen de la relajación.

Cada vez que Shellder le muerde la cola, se le ocurre una idea brillante, pero la olvida instantes después.

Vive en un estado de distracción constante. Si el Shellder que tiene en la cola se desprende, revierte a su estadio evolutivo anterior.

El Shellder que le muerde la cola para sorber su dulce savia ha terminado por transformarse en una especie de caracola.