Suele vivir cerca del agua y su forma y color varían en función de factores como su hábitat o su alimentación.

Al tocarlo, segrega un fluido violáceo que mancha las manos y que es extremadamente difícil de eliminar aún tras repetidos lavados.

Por lo general suele habitar en el agua, pero también puede moverse por tierra firme siempre y cuando su piel no se reseque por completo.

Cuando se siente amenazado, secreta un fluido morado. Según se cree, podría tratarse de un fenómeno similar al de los sudores fríos.