Galopa a casi 240 km por hora. Su crin ardiente parece una flecha cuando corre.

Posee una gran aceleración. En tan solo 10 pasos, puede llegar a su máxima velocidad.

Cuando galopa, su ardiente crin centellea y le da un aspecto aún más impresionante.

A galope, sus cuatro cascos apenas tocan el suelo porque se mueve rapidísimo.

Con una aceleración increíble, puede alcanzar los 240 km/h en solo diez trotes.